Sí, hoy vengo a tratar el eterno debate para muches, mi dolor de cabeza al escuchar sus opiniones, que muchas veces son huecas.
La gente tiene la poca vergüenza (como si yo tuviera mucha, pero en fin, expresiones españolas sin ningún sentido, algún día les dedicaré alguna entrada) de meter a todos les lectores en el mismo saco y decir cosas como "todes les lectores piensan que..." y muches añaden cosas como "(...) los libros son mejores que las películas".
Y mi pregunta es, si piensas eso para qué vas al cine, ¿por el amor a quejarse? Aparte de que ir al cine es más caro que comprarte según qué libros. Si ya sabes que va a ser mejor el libro y además sabes de qué va, para qué ir. Lo digo muy en serio. O para qué ves la película vía Internet. ¿Para luego decir "oh, la he visto, y como la he visto puedo decir que es un bodrio, oh, y el libro es mejor. Han cambiado cosas y, vaya porquería"? Vaya, qué vida tan plena. No, no me malinterpretéis, o sí, igual lo haréis de todas formas. No estaba juzgando vidas, simplemente habrá mejores cosas en las que ocupar tu vida que en desprestigiar el trabajo de les demás... será por gente trabajando en una película, aparte del clásico "si no te gusta, hazlo tú". Está el otro clásico "que a ti no te guste, no quiere decir que por ende sea un bodrio".
Pero a lo último siempre saltará alguien con "pero es que han cambiado cosas" y yo podré decir "¿y?". Y me quedaré a gusto. Os plantearé mi versión de los hechos.
Oh, he dicho versión antes de tiempo. No pasa nada.
El caso es que yo soy un ser lector, no hago reseñas porque las saque del retrete. No toda mi vida lo he dicho con orgullo, lo reconozco. De hecho ni ahora lo hago. Me resulta gilipollezco decir que te enorgulleces de leer frente a otras cosas que haces. Es como si no te enorgullecieras por el resto de cosas que haces, entonces mi pregunta es "¿por qué demonios las haces?". Quitando ese pequeño detalle, prosigo. Tampoco era un secreto decir que soy un ser que lee, no tengo pegatinas ni nada que digan "¡oye, soy un ser que lee, miradme!" ni llevo camisetas ni objetos varios con cosas de mis lecturas favoritas.
—Matadle, es une impostore.
Como iba diciendo soy lectore. Lo primero que me emocionó en la infancia, en cuanto a lecturas, era leer enciclopedias (para mí eso no era leer, tenía idea de que leer era algo que aborrecía y aquello no lo hacía así que no era leer, ¡mentes de infantes!). Adoraba con todo mi ser cargar con un libro más grande que yo que prácticamente lo arrastraba porque no podía con él y sentarme a leerlo en el sofá, cada vez que crujía la tapa de una enciclopedia antigua sufría porque pensaba que se iba a romper todo de golpe, y adoraba el olor a polvo, no a libro viejo, a polvo. En general, tengo unos olores favoritos muy raros. Me gustaba detenerme en cada entrada, y maravillarme cada vez que llegaba a una entrada que la acompañara un dibujo, me hacían pensar que eran entradas privilegiadas. Me imaginaba a le señore que hace enciclopedias sentado delante de un montón de gente decidiendo qué palabra iba a tener imagen, tabla o gráfico, hasta que me puse a pensar que no todas las palabras que allí había podían tener opción a imagen, tabla o gráfico. Hubiera sido muy cómico y absurdo (y no por ello menos genial) que una taza tuviera un gráfico adjunto, o que un término abstracto como lo es "libertad" tuviera una imagen.
Pero no solo me maravillaba el hecho de los dibujos, también las historias que allí encontraba. ¿Historias en una enciclopedia? Por supuesto. Una enciclopedia es un portal a la cultura de tiempos remotos. Hay explicaciones sobre creencias, sobre simbología tanto religiosas como no; sobre ciudades y países que ya no existen como tal, sobre el idioma que hay y de qué idioma vino. Yo solía quedarme sobre todo en la parte de las creencias, hice mi propio árbol genealógico con los dioses aztecas, griegos, egipcios y nórdicos. Cada vez que salía un nombre de esos dioses, se contaba una historia para con él.
He tenido en mis manos varias enciclopedias sobre mitología. Que contaban eso, mitos. He jugado a videojuegos durante toda mi infancia con personajes y parte de las historias de la mitología de ciertas culturas. Y pese a que muchos de esos videojuegos contaban su versión de los mitos y no tal y como yo los he leído durante toda mi vida, nunca me han parecido mejores o peores. Porque son eso, versiones. Perspectivas. Y adoro con todo mi ser las perspectivas. Las considero de lo más bello del mundo en el que vivimos.
Para mí las películas y otros libros denominados hoy día como retelling no son más que eso, versiones que cada une le da a las cosas. Después de todo, incluso un libro autobiográfico no es un libro de tu vida ni sobre tu vida, es una versión de ti misme. A diario estamos siendo bombardeades de versiones, tanto culturales como incluso de les demás seres que nos rodean o de nosotres mismes. Y no por ello es mejor o peor. Simplemente, es diferente. Y diferente no puede ser igual, mejor o peor a nada. Juega en otra liga. Es como decir que X equipo de fútbol es mejor que X equipo de baloncesto o de waterpolo. O como decir que ciertos idiomas son más difíciles que otros, cuando los idiomas son en sí mismos perspectivas sociales. No es difícil el idioma, es que no lo miras con la perspectiva adecuada, ir a aprender un idioma con la mentalidad de que no es un idioma distinto que ya sabes, es el peor error con el que puedes ir en mente, ¿por qué iba a ser distinto cuando hablamos de este tema? No es mejor el libro a la película, simplemente son cosas distintas. Si quieres algo igual a lo que has leído, léete el libro otra vez. Ya existe, para qué se va a crear lo mismo. Sería plagio además. Con lo que le gusta a muchos ser originales... Y no ser influenciados por otros... ¡Cuesta cogeros en serio a muches!
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