Saludos.
Hoy os traigo una anécdota que me surgió con estos libros, además de desvaríos y algunas cosas más.
Hace años, yo, inocente de la vida, me encaminé a la biblioteca de mi localidad pues había visto en el registro que había disponibles una serie de libros, incluidos estos. Al leer las sinopsis y fragmentos sueltos de algunos de ellos los descarté, y me decanté por esta serie. Solamente cogí el primero, pues fue el único que vi, y tampoco tenía prisa por llevarme los otros dos por si se cumplía el plazo de entrega (y porque así tenía una excusa para obligarme a salir de casa, todo sea dicho).
Cuando lo terminé, revisé nuevamente que pudiera disponer de la continuación, ¿y cuál fue mi sorpresa? El segundo había desaparecido. Polvo. Nada. Volví loca a la bibliotecaria en el proceso de búsqueda (porque era una buena bibliotecaria, que conste también), pero todo fue en vano. Me comí la curiosidad, y desde entonces raras veces he pisado esa biblioteca para leer un libro. No por no querer leer, o por estar dolido, simplemente volvía esa sensación de derrota y decepción para nada agradable y prefería alejarme del lugar.
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No sabía yo que teníamos una Liesel propia en el pueblo. |
Por las vueltas que trae la vida, ciertos seres que dudo anden lejos de estos lares, me prestaron los libros. No se pueden imaginar las emociones que me embargaron al ser consciente de que POR FIN iba a realizar ese pequeño reto pendiente, ese lápiz sin punta que se resistió a mis afilados encantos. Ni siquiera yo mismo estoy seguro de lo que llegué a sentir, pero lo importante era que estaban en mis manos.
Y los leí.

No recordaba que "El Gremio de los Magos" fuera tan lento, puede que fuera a causa de mi impaciencia que esa sensación fuese más acusada de lo que cabría esperar, pero llegó un punto que se me hizo eterno y al finalizarlo sentí que realmente el contenido de este tomo era algo pobre. No me desanimé, pues sentía que lo bueno estaba por llegar.
Me temblaban las manos al sujetar "La Aprendiz" y, bueno, mejora bastante la técnica de Trudi, y me gustaron bastante la crítica social mucho más acusada y directa que la que apareció en el primero. Pero me hubiera gustado que apareciera algo más impresionante dada la gran habilidad de Sonea, además de que tanto secretismo se me empezaba a hacer tedioso.
Me temblaban las manos al sujetar "La Aprendiz" y, bueno, mejora bastante la técnica de Trudi, y me gustaron bastante la crítica social mucho más acusada y directa que la que apareció en el primero. Pero me hubiera gustado que apareciera algo más impresionante dada la gran habilidad de Sonea, además de que tanto secretismo se me empezaba a hacer tedioso.
Con "El Gran Lord" tengo sentimientos encontrados, porque aunque es mi favorito de los tres, y la habilidad de Trudi mejora incluso más, es el libro que tiene más relleno inservible que los otros dos. Me explico. La historia de Lord Dannyl y Tayend está bien, pero sobra por completo. Se podría haber hecho lo mismo con un alumno de Lord Dannyl si se hubiera querido abordar el tema de la homofobia, pero ya. No comprendo en absoluto el papel que desempeña Savara, y mucho menos las imprudencias que comete Cery estando a su lado. Sabiendo que hay magos sachakanos en la ciudad que planean destrozarla, ni siquiera se plantea que ella pudiera ser una de ellos; sabiendo que existen las gemas de sangre, le permite que le regale una sin tener dos dedos de frente pensando que el colgante tenía un pedazo de rubí en él, además de sorprenderse cuando la otra lo encuentra al estar a punto de ser asesinado; la inutilidad de los magos de aprender Magia Negra cuando a Sonea le costó minutos aprenderla; y en cuanto a la historia entre Sonea y Akkarin era más que previsible (y aún así me alegró que sucediera). También persisten los secretismos, que incluso pueden llegar a ser absurdos por las ganas de seguir preocupando al personal, pero como hay más acción pueden llegar a importarte menos que en el anterior. En cuanto al final de la historia me sorprendió un tanto, aunque creo que fue un poco deprisa y se podría haber alargado más.
Como impresión general, diré que es una buena trilogía, aunque si la autora hubiera sido más experimentada seguramente habría creado una verdadera obra de arte. Ojalá los hubiera podido leer durante mi infancia porque seguramente habría podido disfrutar mucho más de ellos, por aquellos ojos inocentes que nos permiten dejarnos llevar con tanta facilidad, lejos de los ojos más críticos y detallistas que tenemos ahora.
Espero que les haya entretenido este mojoncito de post, y me gustaría que me hablaran de sus malas experiencias en el mundo de la lectura, o de la añoranza de cualquier libro de su infancia, o si ha cambiado su punto de vista al releer alguno de sus queridos libros una vez pasado el tiempo si os da la real gana, y si no a pastar o a hacer lo que os salga del badajo, que a mí me da igual.
Un saludo.
Sacapuntas se pone nostálgico.
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