Saludos.
Hoy os traigo una anécdota que me surgió con estos libros, además de desvaríos y algunas cosas más.
Hace años, yo, inocente de la vida, me encaminé a la biblioteca de mi localidad pues había visto en el registro que había disponibles una serie de libros, incluidos estos. Al leer las sinopsis y fragmentos sueltos de algunos de ellos los descarté, y me decanté por esta serie. Solamente cogí el primero, pues fue el único que vi, y tampoco tenía prisa por llevarme los otros dos por si se cumplía el plazo de entrega (y porque así tenía una excusa para obligarme a salir de casa, todo sea dicho).
Cuando lo terminé, revisé nuevamente que pudiera disponer de la continuación, ¿y cuál fue mi sorpresa? El segundo había desaparecido. Polvo. Nada. Volví loca a la bibliotecaria en el proceso de búsqueda (porque era una buena bibliotecaria, que conste también), pero todo fue en vano. Me comí la curiosidad, y desde entonces raras veces he pisado esa biblioteca para leer un libro. No por no querer leer, o por estar dolido, simplemente volvía esa sensación de derrota y decepción para nada agradable y prefería alejarme del lugar.
![]() |
No sabía yo que teníamos una Liesel propia en el pueblo. |