domingo, 13 de enero de 2019

"Legado de plumas" de Marina Tena Tena

Portada que predomina el rojo levemente anaranjado, el negro y el gris. Hay como llamas que se confunde a veces con plumas en los laterales y un poco de fondo. Dos infantes que parecen estatuas carentes de ojos y cada uno de ellos tiene una mano en su hombro, pero no se ve quiénes son dichas manos.
«La noche contiene el aliento y hago
tiempo en vez de levantarme, como si tuviera
la absurda ilusión de que si me quedo quieta
todo va a solucionarse de alguna forma».
Título: Legado de plumas
Autoría: Marina Tena Tena
Ilustración: Libertad Delgado
Maquetación: Meritxell Terrón

Hace ya unos días que me leí "Legados de Plumas" y sí, también hace aún más días que no he publicado ninguna entrada, pero qué mejor que volver con esta preciosa historia. Sí, preciosa. Porque aunque la trama es un poco... cómo decirlo, ¿amarga?, la narrativa es deliciosamente adictiva.
Pero antes de lanzarme voy a intentar crear un poco de orden y hablaros de la trama.

"Legado de Plumas" es una historia contada por Briana, una muchacha de la cual ignoramos su edad. que está ciega, concretamente sin ojos, al igual que su hermano mellizo. Nos cuenta su vida, tal y cómo la percibe desde sus otros sentidos y cómo trata de sobrevivir.

Me parece curioso que con solo cuatro personajes, cinco si contásemos a la madre, haya formado una historia tan viva.
Los personajes me parecen muy conseguidos, o al menos lo que Briana nos cuenta de ellos. Briana, por ejemplo, me parece un personaje muy cabezota, desconfiado y que la caga mucho. Arlen, su hermano, parece más tímido, más manso. Tamiel un ser sádico pero cercano y Azrael un ser enfermizo y enfermo. Las relaciones entre los personajes, o al menos las que imaginas que hay, son muy cercanas lo cual se contrapone con toda la frialdad existente en todo momento.

Me gusta su originalidad para volver a crear la idea de "ángeles" que no terminas de enterarte hasta que llegas al final de la obra. Cómo armoniza lo feo, como hacía Baudelaire, dándole belleza a lo que se entiende como feo, atroz. Recreando una historia de terror en un mundo frío, desolado, que no sabes realmente lo que pasa, esa sensación de desasosiego que aún te persigue tras acabar la historia y cerrar el libro. Pero que como digo lo armoniza con su forma de acunarte en cada sensación y aunque sí, es horrible, te deja con esa sensación agridulce que es posible hasta que sonrías mientras leas terror.
Sin duda se trata de una escritora capaz de jugar con los opuestos de una manera mágica.

Y aplaudo mucho quien tuviera la idea de mencionar a les lectores betas al principio del libro junto al resto del equipo que ha hecho posible la existencia del mismo.
Además la portada me encanta. El contraste de colores, que me parecieran estatuas les dos niñes la primera vez que los vi, las manos que aparecen dándole ese toque final de misticismo, cómo las plumas se confunden con llamas de fuego.

Deseando leer todas las publicaciones que esta autora ha sacado y está por sacar. También me gustaría leer más cosas de este mundo de ángeles y hombres rata pero eso ya es cosa de la autora.